11 de abril de 2007

¡El estudiar se va a acabar!

No sé vosotr@s pero yo el día que acabé mi querida carrera pensé que no volvería a coger ni un libro ni un apunte más. ¡Qué iluso!
Ya voy por mi tercera oposición, y apruebe o no, no va a ser la última. Si no apruebo, tocará volver a intentarlo. Si apruebo, tendré que buscar la forma de “autopromocionarme” a otro puesto, digamos, más interesante y mejor pagado (dentro o fuera de la UA).
No me veo toda la vida de “conserje”, o como lo llaman ahora, de personal de Escala Básica de Conserjería y Apoyo. ¡Ya ni conserje!

Por tod@s es sabido que recientemente se aprobó por el Consejo de Gobierno la convocatoria de nuestra querida oposición. Y no han tenido mejor idea que dejar los exámenes, como pronto, para septiembre.
¡Por primera vez en mi vida me va a tocar pasar el verano estudiando! (Bueno, eso es la teoría).

Imagino que no soy el único que no tiene ni p_ _ _ _ ganas de estudiar a estas alturas a la vida. Además, el entorno no anima:

1. Vamos a estudiar para poder trabajar o seguir trabajando en una conserjería. O sea que el trabajo no es un aliciente. Por cierto, algunas no son aptas para claustrofóbicos.

2. Nos vamos a pasar un verano ideal: ¡negr@s! No precisamente por pasarnos el día tumbados a la bartola tomando el sol, sino quemados de LOU, Estatuto, Constitución, Psicotécnicos, etc…. Hablando de Constitución, ¿no dice nada la Constitución sobre el derecho a unas vacaciones dignas y sin oposiciones?

3. Al tratarse de un concurso-oposición, los hay que prácticamente no tienen posibilidades puesto que cuentan con escasos puntos en la fase concurso (por suerte, ya no es mi caso). O sea que la mayoría de ellos se va a pegar una currada para optar simplemente a la bolsa de trabajo de conserjería.

Aclaración: nadie tiene asegurada su plaza, por muchos puntos que tenga para la fase concurso. Un mal día lo podemos tener cualquiera y caer en cualquiera de los 2 primeros exámenes. Torres más grandes han caído, y no me extrañaría verme entre ellas. Pero hay que reconocer que es muy, muy difícil, pero no imposible para los que apenas tienen esos puntos vitales. Así que desde aquí mis ánimos para tod@s l@s que se encuentran en este caso: mientras hay vida hay esperanza.

Mientras el resto del mundo pasará sus vacaciones en la playa, de marcha, viajando, de siesta por la mañana y por la tarde, viendo la tele, etc, nosotr@s, l@s futur@s conserjes de la UA, nos dedicaremos a pasar un verano interesantísimo (de lo más cultural): biblioteca – casa – biblioteca – casa. Habrá para quien sólo será: casa – casa – casa – casa. En definitiva: estudiar.

¡Yo para animarme suelo empezar a estudiar por el tema de la normativa interna sobre permisos, licencias y vacaciones!
Hay que reconocer que vale la pena este pequeño “sacrificio veraniego”. Tendremos tiempo de compensárnoslo en los 2 meses de vacaciones o los 6 días de asuntos propios que tendremos cada año.

En fin, con ganas o sin ellas, será cuestión de ir empezando a estudiar.